Mitos de Internet: la Deep Web.

Resumen.

No sería descabellado decir que prácticamente sobre cualquier tema hay un mito. Internet no es menos, veamos qué hay de realidad y fantasía en los mitos de Internet, conozcamos la Deep Web o la Internet profunda.

Artículo.

Cuando oímos hablar de la Deep Web o Internet profunda, a más de uno se le ponen los pelos de punta y piensa rápidamente en todo tipo de actividades ilegales, cada cual más tenebrosa. También se escucha hablar sobre los niveles en los que está dividida la Deep Web, donde los niveles más profundos, son solo accesibles para "grandes genios" de la informática. Además, se dice que más del 90% de Internet pertenece a la Internet profunda.


Pero, ¿qué es en realidad la Deep Web o Internet profunda?

Empecemos por analizar someramente qué es Internet. Comencemos con el término “Web”, es un vocablo inglés que se puede traducir como “red, malla, tela de araña”, y “WWW” son las siglas de World Wide Web, o red mundial global. Y esta red mundial global no es otra cosa que un gran conjunto de ordenadores conectados entre sí mediante un protocolo, el HTTP, o protocolo de transferencia de hipertexto. El hipertexto no es más que un texto de marcado por etiquetas, cuyo elemento más destacable, y que supuso un gran salto en su momento, es el link, también conocido como enlace o hipervínculo. Un link, para que el lector lo comprenda rápidamente, es el texto o imagen, que al pulsarlo, pasa de una página Web a otra.

Y ¿cuáles son esos ordenadores que están interconectados para formar ese "concepto" llamado Internet? En principio, tenemos que decir que cualquier ordenador se puede conectar a Internet mediante el protocolo HTTP. Una aclaración, cuando vemos sitios Web, como ArtesaniaWeb.ES, vemos HTTPS, en realidad el HTTPS es lo mismo que HTTP, la diferencia es que en el HTTPS, los datos se transmiten encriptados, es una "simple" mejora de seguridad en la transferencia de datos por vía HTTP. Pero, aunque cualquier ordenador se puede conectar a la Web, se han diseñado ordenadores para cumplir esta función específica, los servidores. Y estos servidores se suelen concentrar en espacios denominados, “Data Center” o centro de datos. Estos Data Center son a día de hoy, lo que en la antigüedad fue la gran biblioteca de Alejandría. Como se puede imaginar, son “lugares” perfectamente adecuados a esta función con grandes sistemas de seguridad, algunos son tan grandes, que para desplazarse en su interior, se usan bicicletas y vehículos eléctricos.

Con esta información sobre la mesa, veamos ese mito que afirma que más del 90% de Internet lo forma la Deep Web, ese iceberg del que solo vemos una pequeña parte. De entrada, esto es tan falso como un billete de 35 €. Si bien es cierto que los propietarios de los grandes servidores, Google, Microsoft, Facebook, Youtube, etc, son muy amigos de no informar sobre las ubicaciones de sus Data Center, por motivos obvios que el lector puede comprender. ¿Cómo sería posible que existieran 9 Data Center por cada uno que sabemos que existe? Sencillamente, esto no es creíble.

Contra esta postura, se afirma que la Deep Web no está formada por estos gigantescos centros de datos, sino que son millones de ordenadores y servidores particulares ubicados en cualquier parte del mundo los que la constituyen. Tampoco tiene sentido esta afirmación. Eso sería como decir que por cada persona que tiene un servidor particular, hay 9 más que también lo tienen y lo destinan a actividades fraudulentas. No, sencillamente, no vemos plausible en medida alguna tal afirmación.

Otro de los puntos que se trata sobre la Deep Web, son los “secretos de los gobiernos”, pues tampoco pasa el filtro de la sensatez y la cordura. Pensemos solo en vídeos, pensemos en el archiconocido youtube.com. ¿Como alguien puede justificar que unos cuantos “sujetos privilegiados” suben a su “youtube secreto” tantos vídeos como se suben al día en youtube.com? o ¿qué existe un Facebook secreto, similar al Facebook que todos conocemos, donde están todos los delincuentes del mundo?. Por supuesto, imagino que también debe existir una versión de Facebook para espías y agentes secretos.

Todo esto no son más que exageraciones desmedidas sin sentido, lógica ni coherencia.

Pero vamos ahora a las realidades. ¿Es cierto que los gobiernos y otras organizaciones tienen servidores donde se guarda información secreta y son solo accesibles para unos pocos? Sin duda alguna. Pero de eso, a que en esos servidores esté el 90% de la información que hay en Internet, sencillamente, a todas luces, no es plausible. Preguntémonos, ¿cómo tan pocas personas podrían crear tanta información?

Veamos ahora el asunto de los niveles, de los cuales los más superficiales son accesibles para casi cualquiera, y los más profundos, sólo son accesibles para “genios” de la informática. Técnicamente, no es plausible. El protocolo http es lo que es, y solo hay una forma de que alguien entre o no en un sitio Web, limitar el acceso mediante un sistema basado en usuario y clave. Resulta muy cinematográfico ver cómo un hacker altamente especializado se salta los sistemas de seguridad de los servidores Web del Pentágono, por poner un ejemplo. Adivinan las claves y todo lo demás. Esto tiene de realidad tanto como las aventuras de Harry Potter.

Contra todo lo dicho, muchos argumentan que han sido hackeadas alguna cuenta de e-mail de Bill Gates o el perfil de Facebook de Mark Zuckerberg, y que eso solo lo puede hacer un genio de la informática. Analicemos un poco el tema.

Lo primero, ya se llame Bill Gates o Mark Zuckerberg, cuando acceden a su cuenta, lo hacen igual que nosotros lo hacemos, la diferencia es que ellos son personajes conocidos por todo el mundo, y, lógicamente, hay muchos más intentos de ataque que contra nuestra cuenta de email o perfil de Facebook. Por mera estadística, es más fácil que sea vulnerada la cuenta de Facebook de Mark Zuckerberg que la mía. Pero no solo eso, las personas suelen, o bien usar claves fácilmente recordables (lo que limita su complejidad) o bien la llevan apuntada en algún sitio. Pero lo más probable es que, o bien dejen abierta su cuenta en algún dispositivo por un simple descuido, o que pierdan el smartphone donde están identificado con cookies, y hasta que se dan cuenta, el e-mail o la cuenta de Facebook está a libre disposición de otros. En definitiva, o aciertas la clave por mero azar, o bien la robas, o te la encuentras por casualidad. Por supuesto, en robar, se incluye el uso de virus. Pero lo que sí es cierto, es que en la mayoría de los casos, las violaciones de una cuenta han sido propiciadas por descuidos, como aquel día que vas a la biblioteca, abres el correo, te lo dejas abierto y te marchas. ¿Le ha ocurrido eso a usted alguna vez?

Ahora trataremos el asunto de las actividades ilegales en la Deep Web. Por definición, la Deep Web no está accesible desde Google u otros buscadores conocidos por todos. Pero sí existen directorios donde esas Web donde solo se llevan actividades ilegales, aparecen indizadas. Lo primero que dicen, es que en esos directorios, que funcionan a modo de buscador, cada cual tiene que introducir la dirección de su Web para desde ahí promocionar su “actividad ilegal”. Dicho directorio debería ser 9 veces más grande que Google, menuda tarea. Pero también es cierto que en la Deep Web existen otros contenidos que no son ilegales, aunque sí de "mal gusto". Digamos que dentro de la Deep Web solo la mitad de los contenidos son ilegales. Según ese argumento, de la totalidad de personas que tienen un sitio Web legítimo, en 9 veces ese 50% de personas que se dedican a actividades fraudulentas. Creo que viviríamos en un mundo extremadamente peligroso de ser todo esto cierto.

Como conclusión de todo lo dicho, y se puede decir mucho más y analizar más en profundidad, la Deep Web, tal y como es entendida por la población en general, no existe, es un mito.

Es cierto que hay muchos sitios Web que no están indizados por los motores de búsqueda como Google, y es cierto que muchas personas tienen un servidor operativo en sus casas, pero ese servidor ni está operativo todos los días, ni lo está a todas las horas. También es cierto que estas direcciones están disponibles para unos pocos amigos o ciberamigos, y que hay material y actividades ilegales. Pero también es cierto que el volumen de estos espacios Web, y no digamos, su tráfico es ínfimo, me atrevería a decir que exagerando no alcanzaría el 10% del Internet que conocemos.
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